Vanessa abrió los ojos sintiendo un ardor en su cabeza. Ella la miraba sonriente.
- ya?
- ya qué?.- preguntó Vanessa.
- Ya se te pasó el dolor?- dijo Ella.
- Cómo lo supiste?
- Soy parte de ti, tonta.- dijo Ella.
- Por qué sentí dolor?
- Porque estás viendo cosas que pasaron anteriormente y que son recuerdos de otros, no tuyos.
- Me vas a explicar ahora sí por qué recuerdo cosas que no he vivido?
- No lo recuerdas,Vanessa, lo ves.- dijo Ella. - En estos momentos puedo asegurarte que o Nick o Ashley están junto tu cuerpo. Te están dando una visita.
- ¿Ellos están conmigo ahora?.- dijo Vanessa
- Si.
- Deben sentirse mal al verme en ese estado.
- Sí. Pero bueno, cuando tus seres queridos están junto a ti justo cuando estas en peligro de muerte y tu subconsciente está libre (ósea yo), ellos pueden transmitirte recuerdos de cosas que ellos vivieron.
- Pero aún no he muerto!
- Pero estás muriendo Vanessa, eres más espíritu que carne en estos instantes...por eso debemos encontrar esa clave...pero primero debes recordar..
Vanessa cerró los ojos.
-ay!.- gritó Vanessa - Me duele!
Zac la miró molesto.
- ya deja de chillar, quieres que la herida se cierre si o no?
- Sí, pero puedes ser más delicado.
- Yo no soy delicado con nadie Hudgens.
- Pues conmigo tendrás que aprender a serlo.- dijo Vanessa. - Por qué no solo tomas alguna venda o algo?
- No soy bueno con esas cosas Hudgens.
- pero si es fácil!
- No soy un cerebrito como tú, recuérdalo.
Vanessa se quedó callada y volteó la cabeza. No quería ver lo que Zac le hacía a su pobre pierna.
Zac la miró. Suspiró y tomó su barbilla he hizo que ella fijara sus ojos en él nuevamente.
- Haré todo lo posible para que no te duela.- dijo él finalmente.- Pero debes poner de tu parte.
- Está bien.- dijo Vanessa.
Zac curó muy bien la herida, se notaba que tenía experiencia en esa clase de cosas. Vanessa corroboró sus sospechas cuando Zac se levantó las mangas de la camisa y vio una cicatriz en su brazo izquierdo.
- qué te pasó allí?- dijo Vanessa tocando el brazo de Zac.
Zac movió el brazo hacia atrás al notar el gesto de Vanessa, ésta se sonrojó al notar que lo había tocado.
- No te importa.
- Como sea.- dijo Vanessa molesta.
Zac la miró nuevamente algo fastidiado.
- Fue tu amigo del alma, Jonas.
-Nick?- preguntó Vanessa confundida.-Eres un mentiroso.
- Ya estoy harto de que me llames mentiroso.- dijo Zac molesto. - Es la verdad. Qué pena que te desilusioné de tu perfecto Jonas..
- cuándo?- dijo Vanessa.
Zac se sonrió fríamente cuando notó que ella había empezado a creerle.
- El día de la graduación, en el baile. Justo cuando tú y yo peleábamos en la cancha de fútbol lo recuerdas?
Vanessa hizo un silencio.
- No muy bien.- mintió mirando hacia otro lado.
- Pues te lo recuerdo: estaba mal aún por la reciente muerte de mi padre, y quise descargarme contigo por ser la hija de los asesinos de mi padre. Empecé a insultarte y casi te lanzo un shuriken hasta que tu fuiste más rápida y sacaste el tuya mucho más rápido.
Vanessa lo miraba atentamente, cómo podía recordar todo aquello al pie de la letra? la odiaba tanto como para recordar todo aquello?
- Me lanzaste el shuriken y caí. Tú me maldecíste y te fuiste. Fue ahí cuando llegó Jonas.
- Me golpeó por haberte insultado y entonces yo me defendí. …l sacó su shuriken y lo lanzó, nunca había visto uno de ese tipo. Perforó mi brazo.
- Eso es imposible.- dijo Vanessa.
- Pues sí lo es. Aún recuerdo sus palabras después de ver que estaba herido: "agradece que no te mato, porque ganas no me faltan..recuérdalo"
Vanessa permaneció en silencio, como si le estuvieran hablando de otro Nick al que ella no conocía.
- Y fue justo allí cuando le dije que me vengaría, que ni creyera porque nos graduábamos iba a dejarlo en paz. Ves Hudgens, soy un hombre de palabra.
Vanessa lo miró molesta y algo decepcionada, por un momento creyó que Efron podía tener algo bueno.
Vanessa sintió esta mirada y bajó la cabeza mientras se levantaba. Caminó hacia la puerta y antes de cerrarla habló.
- Báñate y descansa, si necesitas algo tocas la puerta con fuerza. - dijo él. - Por cierto, Jonas tenía miedo aquella noche, por eso hizo lo que hizo.
- Miedo?- preguntó Vanessa.
- Miedo de perderte. Y eso es admirable.
Con esto Zac se fue, dejando a Vanessa confundida.
"En mi habitación
duerme una suicida.
duerme, pequeñita,
duerme"
Vanessa abrió los ojos y se vio frente a Ella.
- qué pasó?
- Nada,- dijo Ella. - Hasta ahora vamos bien.
- Sí, eso creo.
- Recuerdas lo que pasó después?- dijo Ella.
- Sí, me bañé y me quedé dormida.
- Muy bien, parece que te está ubicando mejor en el tiempo.- dijo Ella. - Ahora veamos lo que sigue, te parece?
Vanessa cerró los ojos.
- Hudgens...Hudgens...despierta.-
Vanessa abrió los ojos lentamente y vio el rostro de Efron frente a ella.
- qué haces?- preguntó ella desperezándose.
- qué haces tú es la pregunta.- Dijo el carismático castaño. - Te has quedado dormida todo un día entero.-
- Mentira.- dijo Vanessa levantándose.
- Qué te digo la verdad!- dijo Zac. - Por qué nunca me crees?!
Vanessa lo miró molesta.
- Te traje el desayuno eso es todo.- dijo Zac mientras se dirigía hacia la puerta.
- Espera!- dijo Vanessa.
-Zac se volteó.
- No puedo desayunar afuera?- dijo Vanessa.
- No Hudgens. Conoces las reglas.- dijo Zac.
- Tan molesta te soy?- dijo ella.
- No te imaginas cuanto.- dijo Zac.
- Quiero salir de este cuarto o me voy a volver loca.- dijo Vanessa.
- Pues si enloqueces o no, no es mi problema.
Zac cerró la puerta con llave.
Vanessa se levantó y miró hacia el reloj que marcaba la una de la tarde del último día de enero. Vanessa tomó una pequeña piedra de decoración y se dirigió hacia la pared donde tenía cada uno de los meses del año anotados. Tachó Enero.
- Ya es un mes.- se dijo.
Miley tomaba un café caliente. Aquel día tenía un dolor de cabeza penetrante, por lo que no iba a ir al ministerio. Ella sabía que para ir allá se necesitaba tener los nervios de acero y el carácter firme, para poder hacer respetar sus opiniones. Pero en aquellas circunstancias iba a ser imposible. Se sentó en el mueble de su casa y miró por la ventana al guardaespaldas que estaba afuera.
Sonó el timbre.
Miley se levantó y abrió la puerta.
- Hola, puedo pasar?- preguntó Corbin.
- Si claro.- dijo Miley.
Corbin pasó.
- Veo que no dejaste que tu guardaespaldas entre a tu casa.
- No, ya tengo bastante con dejarlo estar allá afuera.
- Tu crees que estemos en peligro?- dijo Corbin.
- No lo sé; hace mucho tiempo que no sé nada.
Corbin se sentó mientras veía a Miley servirse otra taza de café.
- Desde cuando te has vuelto una adicta a la cafeína?- dijo Corbin.
- Desde que el estrés empezó a apoderarse de mi vida.- dijo ella.
- De cierta forma Miley, tu has sido la única del grupo quien no ha sufrido pérdidas grandes.- dijo Corbin.
- Es verdad.- dijo Miley. - He sido la que menos ha sufrido.
Corbin sonrió, no sabía por qué pero estar con Miley lo hacía sentirse relajado, lo hacía sentirse Sai, y no aquel otro que pretendía ser.
- Todos hemos sido unos imbéciles.- dijo Corbin. - Solo quiero volver a encontrar a Vanessa y empezar de nuevo.
Miley se sentó frente a él con la taza de café. Lo miraba con sus ojos azules penetrantes. Tenía solo puesto un viejo y largo suéter que perteneció a su padre. Este le quedaba grande por lo que dejaba uno de sus hombros al descubierto. Corbin pensó que se veía como una niña usando ropa grande.
- Todos quisiéramos eso.- dijo Miley.
- Quiero decirte algo Ino.- dijo Corbin.
- Dime.
- De cierta forma los más unidos hemos sido Nick, Ashley,Vanessa y yo. Por qué siempre estabas ahí con nosotros, pero a la vez te alejabas.
Miley sonrió mientras tomaba otro sorbo de café.
- Yo no me alejaba, ustedes me alejaban a mí. Siempre entendí que sus lazos eran mucho más fuertes, ustedes compartían un pasado en el que todos había perdido y sufrido mucho. Yo no. Ustedes decidieron olvidarse de sus problemas y convertirse en otras personas, yo no. Nunca compartí esa ilusión con ustedes. Tienes razón, siempre estuve allí, estuve allí para ayudarlos, porque sabía que iba llegar el día en que se cayeran de esa nube, yo solo quería estar allí para ayudarlos a levantarse.
Corbin sonrió.
- No entiendo cómo puedes ser así.- dijo él.
- así cómo.
- Tan increíblemente hermosa.
Vanessa jugaba con sus dedos mientras permanecía tirada en la cama. No tenía absolutamente nada que hacer, aquello era demasiado aburrido. Si aunque sea tuviera algo con qué escribir. Pero estaba segura de que Zac no le daría nada. Cerró los ojos e intentó recordar el instituto...
aquel era su único recuerdo feliz.
Zac estaba sentado en el mueble de la sala. Miraba con detenimiento su marca en su hombro derecho. Se puso la camisa y tomó su capa y algunos shurikens. Caminó hacia la habitación de Vanessa y se detuvo justo enfrente de la puerta. Respiró profundamente y la abrió.
Vanessase levantó de la cama al verlo entrar.
- qué pasa?- dijo Vanessa.
- Voy a salir.- dijo Zac mientras se ponía la máscara blanca. - Necesitas algo antes de que me vaya?
Vanessa se quedó en silencio. Lo miraba con aquella capa negra y aquella máscara, justo como la engañó para secuestrarla. Sintió un escalofrío y volteó la cara hacia otro lado.
- No.
Zac notó la reacción de Vanessa, pero no le importó mucho. Caminó hacia fuera pero entonces escuchó la voz de Vanessa.
- Así se visten ustedes no?
Zac se volteó.
- Nosotros?
- Los aguiluchos..
Zac sonrió, pero Vanessa no pudo verlo ya que tenía la máscara puesta. Lo único que podía ver eran esos ojos azules centelleantes tapados por algunos mechones castaños que resbalaban de su frente.
Zac caminó más cerca, entrando nuevamente a la habitación.
- Sí, eres observadora.
- Como si no me conocieras ya Efron.- dijo Sakura con un tono algo triste. - Qué vas a hacer hoy? matar a más personas o...tal vez a gente como yo...
- A inmundas?- dijo Zac completando la frase. - Llama a las cosas por su nombre Hudgens.
Los ojos de Vanessa se llenaron de lágrimas y su rostro se contrajo lleno de indignación.
- Yo no soy una inmunda!!- gritó mientras sollozaba indignada. - Tener a una madre negra y un padre blanco no es signo de impureza! soy mucho más pura de lo que tú o tu familia jamás podrá ser! ya estoy harta de tus insultos baratos y tus humillaciones!! no volveré a tolerar que me llames de esa manera tan degradante! ni siquiera la peor de las cucarachas se merece eso!- dijo Vanessa sollozando, pero manteniéndose firme ante el castaño quien se encontraba impactado ante aquella reacción. - La piel no es sinónimo de grandeza! valgo mucho más de lo que tú o tus amigos aguiluchos podréis jamás valer! así que mide tus palabras Efron cuando vuelvas a intentar siquiera llamarme de esa forma tan hostil.
Vanessa se sentó en el filo de la cama y empezó a llorar. Estaba harta de estar secuestrada, de estar con aquel ser que lo único que hacía era menospreciarla por su linaje. Pero principalmente lloraba, porque no entendía aún por qué los insultos de Efron la herían tanto.
ZAc permaneció en silencio. Nunca midió en realidad las consecuencias de sus insultos, tampoco pensó que a Vanessa le importaría lo que él le dijera.
- Solo digo lo que me enseñaron, tenemos distintas formas de ver la vida Hudgens. A mí me enseñaron que soy superior a ti, simplemente así fui criado.
- No me interesa lo que te hayan enseñado ni mucho menos lo que pienses. No que te ibas? pues ándate.- dijo Vanessa, no podía soportar ni un minuto más la presencia de Zac.
- Pensé que eras demasiado inteligente como para que te importara lo que saliera de mi boca.- dijo Zac. - Eres tú la que siempre se ha comportado como si fuera superior a mí, como si lo supieras todo en la vida y yo nada.
- Es que soy superior a ti Efron, en todos los sentidos...no te has dado cuenta aún?? eres un ser despreciable que no es capaz de pensar por sí mismo, que solo repite las enseñanzas de su padre porque quiere mantener vivo el recuerdo de un hombre que era un asesino....como lo que tú te estás convirtiendo, si es que no has matado ya..
Zac se controló.
- No vuelvas a repetir algo en contra de mi padre Hudgens, o no respondo. Y sobre lo de asesino...- Zac caminó y se colocó enfrente de ella. Vanessa miró directamente a esos ojos fríos. - Soy un aguilucho y estoy preparado para matar si es necesario, y créeme Hudgens, cuando me toque hacerlo no me temblará la mano.