miércoles, 26 de diciembre de 2012

Capitulo 51: ¿Tienes miedo?

 Bueno chicas aqui está el capitulo con un poco de tardanza pero bueno aqui está, espero que lo disfruten.


Zac sonrió mientras la tomaba de la mano y la hacía entrar.

Nick estaba sentado en el sofá. Muchas ideas cruzaban por su cabeza en aquellos instantes. Si vida había dejado de ser "vida" desde que Vanessa había sido secuestrada, desde entonces ninguno de los cuatro amigos había podido estar tranquilos, ni pensar en otra cosa que no fuera encontrarla. Las cosas eran muy duras, casi imposible de sobrellevarlas. Una nube negra nublaba su vista por completo...temía tanto caer...

El timbre sonó.

Nick se levantó y caminó hacia la puerta. Al abrirla su mente se sobresaltó. Corbin estaba ahí, parado frente a él. Por un instante Nick pensó que pensaba golpearlo nuevamente, pero al ver que permanecía quieto en la puerta, supo que no venía a aquello. Entonces, a qué venía? a amenazarlo de muerte por estar con su hermana? o aún peor..a matarlo él mismo con sus propias manos?. En aquellas alturas Nick ya no sabía muy bien a qué atenerse, pues los celos de Corbin eran muy impredecibles y difíciles de controlar.

- puedo pasar?- dijo Corbin.

Nick no sabía muy bien si dejarlo o no pasar.

- tienes armas?- dijo Nick.

- no.- dijo Corbin.

- puedes darme tu varita?

- ya basta me vas a dejar entrar sí o no.

Nick se hizo a un lado y lo dejó entrar.

- tenemos que hablar.- dijo Corbin.

- sí, precisamente hablar era lo que yo quería, pero fue entonces cuando lanzaste un golpe en mi rostro te acuerdas?- dijo Nick con cierto rencor en su voz.

- sí, pero te lo merecías.

- ok, en el caso de que me lo mereciera, lo cual no es cierto, finalmente viniste aquí a reclamarme o a volverme a golpear?- dijo Nick.

- No vine a ninguna de las dos cosas.- dijo Corbin. - Vine a poner las cartas sobre la mesa Nick.

Nick se cruzó de brazos tratando de entender a su mejor amigo.

- qué quieres decir con eso?

- quiero decir que ya que estás saliendo con mi única hermana, y encima, menor, hay cierta reglas que vas a tener que seguir de ahora en adelante si quieres seguir con ella y a la vez, conservar nuestra amistad.

Nick rió, pero ante la seriedad de Corbin hizo un esfuerzo por contenerse. Sabía muy bien que aquella era la peculiar forma de Corbin de pedir perdón.

- regla #1: no quiero verla sufrir por tu culpa. Regla #2: no se besen por ahora delante de mí, porque aún no me acostumbro a la idea. Regla #3, y la más importante: deberás decirle a mi mamá y papá tus intenciones con Ashley...no quiero tener problemas con ellos.
Nick para este entonces ya no había podido controlar la risa.

- está bien.- dijo él.


Esther caminaba por las frías calles del callejón Knocturn. Por qué le había tocado precisamente a ella esa misión? Por qué era ella la encargada de tener que matar a uno de los tres amigos inseparables de Jonas?

Su mente ya estaba adormecida completamente. Su destino totalmente marcado en una calavera en su hombro derecho. No había marcha atrás. Jack la había salvado de morir unos días atrás. Por qué? morir era la única salida de aquella vida asquerosa que le había tocado vivir. No podía rectificarse ahora, no después de el pasado que pesaba sobre sus hombros..aquel pasado lleno de muertes, engaños, mentiras...simplemente estaba destinada a vivir como un cadáver deambulante. Por qué no la había dejado morir? terminar con aquella horrible pesadilla.

Entonces recordó sus palabras antes de dejarla sola nuevamente.

- Mantente con vida..- dijo Jack saliendo del departamento.


- Por qué debería hacerlo? por qué no me dejaste morir?- dijo Esther llorando.


Un silencio.


- Permanece con vida, y yo también lo haré..

Se vio frente al lugar indicado. El lugar de donde sacaría lo que mataría a una persona. Un hombre de aspecto osco le abrió inmediatamente la puerta del lugar, pues su sobretodo de aguilucha era una entrada gratis a cualquier sitio en aquel callejón.

Un hombre estaba sentado en una mesa. No se podía ver su rostro debido a la oscuridad del lugar.

- Vienes por él no?

- sí.- dijo Esther.

El hombre puso sobre la mesa un frasco lleno de polvo verde.

- Es todo tuyo.

- Esther caminó y tomó el veneno que era capaz de matar a más de mil personas entre sus manos. Sintiendo el poder de la muerte acercándose a ella.



Zac pegó a Vanessa contra la pared mientras ambos sentían sus alientos mezclarse embriagadoramente. Vanessa tembló cuando el castaño tomó decididamente su cintura pegándola más contra él. Quería sentir su cuerpo, sentirla nuevamente suya, como tantas otras veces.

- te amo.- dijo Vanessa rozando sus labios con los de él.

- yo más..- dijo Zac sin poder aguantar más las tentaciones de la chica.

La besó, Vanessa respondió inmediatamente profundizando en el beso que Zac prolongaba dejándola sin aliento. Sus respiraciones eran cortadas y rápidas. Zac bajó mordiendo el cuello de la morena mientras ella soltaba unos gemidos. Zac acariciaba el muslo de la chica mientras subía nuevamente hacia su boca. La miró fijamente, con aquellos ojos que la perturbaban y sonrió.

- nunca te vas a alejar de mí verdad?- dijo el castaño.

- nunca.- dijo Vanessa sonriendo.

Entonces algo extraño sucedió. Vanessa no entendió muy bien, pero algo luminoso brilló en el brazo de Zac. El chico soltó un gemido de dolor y cayó al suelo, sosteniéndose el brazo con fuerza.

Vanessa asustada se tiró al suelo sentada mirando a Zac en busca de una respuesta a aquello.

- Zac estás bien? que pasó?- dijo la morena

Zac a miró aún con una expresión de dolor marcada en su rostro.

- La maldición...

- Maldición?- dijo Vanessa aún asustada. - de qué estás hablando?

- cómo se me pudo olvidar?- dijo Zac. - en qué estaba pensando!

Zac se levantó del suelo sosteniéndose el brazo. El dolor se estaba yendo, pero aún estaba ahí. Vanessa hizo lo mismo sumamente confundida.

- Zac por favor no me ignores dime de qué maldición estás hablando?- dijo Vanessa desesperada.

Zac fijó sus ojos azules en los marrones y brillantes de la chica.

- Para encontrarte me ayudaron unos seres oscuros. Los Sombras de Ángeles, y bueno, a cambio de eso me pidieron que les diera un poco de tu sangre..

- de mi sangre! qué!- dijo Vanessa. - piensas entregarme a unas bestias!

- no! solo un poco de sangre! no te hará daño. A mí sí me va a pasar algo si no te llevo en las próximas 10 horas donde ellos. Pues me dieron una maldición, si no te llevo...

- si no llegamos antes que pasa...?

Silencio.

- muero..-

-juro que era una aguilucha!- dijo Alexis. - vamos mamá Alexander también la vio!

- es verdad madre, ese sobretodo era digno de aguiluchos..- dijo Alexander.
Molly estaba sirviendo la mesa apresuradamente mientras el señor Tisdale estaba sentado en la mesa leyendo el diario.

- ahora hay aguiluchos en todas partes, parece que todo va a volver a empezar.- dijo Molly. - Ya no puedo más con la preocupación. Ashley, Corbin, Nick y Miley sin trabajo y encima pensando buscar a Vanessa ellos solos, sin ninguna protección. Temo levantarme un día con la noticia de que han matado a uno de mis hijos!

- tranquilízate mamá, ahora que lo he pensado bien, Corbin y los demás hacen lo correcto. Vanessa nunca aparecerá si el trabajo se lo dejan únicamente al ministerio.- dijo Alexander.

- Si, eso es verdad. Yo quiero que aparezca Vanessa, sí, nada me haría más feliz que volver a ver a esa niña nuevamente con nosotros, pero cuál es el precio? que más personas desaparezcan? que Ashley o Corbin terminen heridos o muertos? yo muero!- dijo la señora Tisdale.

El timbre sonó.

- yo abro.- dijo Alexis levantándose.

Abrió la puerta y el asombro que tuvo fue tan grande que apenas pudo respirar.

Una mujer, alta, rubia y con nariz respingada lo miraba despectivamente.

- puedo pasar?.- dijo ella.

- qué quiere aquí!- dijo Alexis a la defensiva.

- solo hablar con tus padres.- dijo ella tranquilamente. Parecía mantener la calma, pero aquella mirada la delataba.

Alexis tragó su orgullo y se hizo a un lado para dejarla pasar. Y así vio como por primera vez Nancy Efron pisaba su casa.

   "duerme, pequeñita, duerme"

Vanessa sintió un dolor espantoso en sus fosas nasales. Se dejó caer al suelo mientras veía cómo sangre salía de su nariz.

- No te asustes..- dijo Ella. - Tu sentido del olfato acaba de morir, eso es todo.

- eso es todo? me estoy muriendo y tu dices q eso es todo?- dijo Vanessa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. - no estamos yendo lo suficientemente rápido. Nos estamos quedando atrás! voy a morir pronto y antes de que terminemos de recordar todo esto!

- cállate!- gritó Ella, y por primera vez se levantó de la silla donde siempre había estado.

Vanessa la miraba estupefacta, jamás le había gritado antes. - te tranquilizas y me escuchas! porque no puedo creer que de verdad te estés rindiendo!

Vanessa la miraba con los ojos llorosos.

- no puedo hacerlo..no vamos a lograrlo..- dijo Vanessa llorando.

- sí lo vamos a lograr!- dijo Ella. - si te callas y te concentras y dejas de llorar como una bebé lo lograremos! no me digas que soy el subconsciente de una cobarde porque no lo soy! sé muy bien a qué clase de Vanessa represento, y lo hago con alguien que posee una gran fortaleza..quiero que la saques ahora mismo y la uses! nadie dijo que iba a ser fácil! pero así es la vida Vanessa Hudgens...y si quieres permanecer en ella, entonces debes saber llevarla!

Vanessa juntó todas sus fuerzas y se levantó. Secó las lágrimas que caían por su rostro y miró frente a frente a Ella.

- estoy lista para volver..- dijo la morena.

Ella sonrió.

- asi me gusta, sigamos luchando, que aún no hemos perdido..

Zac y Vanessa corrían por las calles del callejón Knocturn, volver a aquel lugar les había tomado tres horas. Zac se sabía perfectamente un túnel en Hogsmade que los llevaba hasta allá, pero el problema en realidad era el hecho de que aquel túnel estaba cerrado, y habían tenido que optar por otro que era demasiado largo. Vanessa estaba cansada de caminar y correr, pero no pensaba siquiera en parar a descansar. El solo hecho de pensar que Zac pudiera morir por aquella maldición hacía que le faltara la respiración.

Ambos corrían por las estrechas calles del callejón. Todo estaba húmedo. Todos se habrían paso al verlos pasar, ya que dos personas con tanta prisa y con sobretodos de aguiluchos, seguramente respondían a un llamado del que no debe ser nombrado.

Doblaron en una esquina y entonces Zac paró bruscamente. La morena chocó contra él mientras que el castaño la escondía nuevamente en la esquina.

- qué pasa?- dijo Vanessa.

- shhh..- dijo Zac mientras le señalaba a una rubia con sobretodo de aguilucha que salía un un lugar bastante sombrío con un frasco lleno de polvo verde. Parecía en otro mundo cuando cruzó sin siquiera percatarse de su presencia.

- Esther...- dijo Vanessa.- qué estaba haciendo aquí?

- Nada bueno.- dijo Zac. - viste eso que tenía en sus manos?

- sí.- dijo Vanessa.

- es un poderosísimo veneno. Quien lo inhala, su sangre se congela convirtiéndose en pequeñas cuchillas que perforan tus venas, dolorosamente, mueres en una agonía horrenda, hasta que los pedazos de cuchillas llegan a tu corazón, y lo despedazan lentamente..

Vanessa sintió un escalofrío de solo pensar en aquello.

- pero..para qué lo quiere?- dijo Vanessa.

- No me parece que ella lo haya buscado por su propia cuenta...creo, más bien, que Jared la mandó a buscarlo..

Vanessa se horrorizó.

- para qué pudo mandarla a buscar algo así? a quién quiere matar?- dijo Vanessa espantada.
- No lo sé, pero seguramente lo que se viene no es nada bueno. Sigamos.- dijo Zac mientras corría nuevamente saliendo del escondite con Vanessa.
 


Tanto la señora, como el señor Tisdale sintieron cómo una piedra iba raspando lentamente sus gargantas al ver la silueta de Nancy Efron en la entrada de la cocina. Nadie dijo nada, fueron incapaces de pronunciar algo coherente. El ambiente se estaba volviendo pesado cuando Alexis ingresó haciéndo a un lado a Nancy.- aquí están mis padres, ahora qué quiere señora?- dijo Alexis muy descortésmente.

- Alexis, Alexander, esperen afuera.- dijo el señor Tisdale.

- pero papá, no los vamos a dejar solos con esta señora.- dijo Alexis.

- además, lo que tenga que decir lo puede decir frente a nosotros no?- dijo Alexander.

Entonces justo cuando Molly iba a responderle a sus hijos Nancy habló:

- sí, sus hijos tienen razón. No es necesario que se vayan después de todo.

Un silencio perturbador invadió el lugar nuevamente. Demasiada tensión bañaba el ambiente, definitivamente era algo insoportable.

- siéntese entonces.- dijo el señor Tisdale obviamente incómodo.

- No gracias, prefiero estar parada.- dijo Nancy despectivamente. Aunque trataba de ocultarlo, en su rostro perfectamente tallado en porcelana se notaba la repulsión que sentía al estar en aquel lugar y rodeada de magos "indignos" ante sus ojos.

- qué es lo que quiere hablar con nosotros?- dijo la señora Tisdale.

- Es muy simple, quiero que alejen a sus hijos, y si es posible a Jonas y a Cyrus de los aguiluchos. Me enteré que piensan buscar a la niña esta...

- Vanessa.- dijo Alexander molesto.

- Hudgens...por ellos mismos.- completó Nancy. - eso es muy ´peligroso, deben estar conscientes de que ellos podrían morir en el intento.

- desde cuando a usted le importa el porvenir de los Tisdale y menos de Nick y Miley?- dijo Alexis inquisitivamente.

-No me importa.- dijo Nancy. - lo que me importa es que puedan encontrar alguna pista que haga que mi hijo caiga en manos del ministerio o de la orden de merlín. Eso es algo que no quiero que suceda. Y en el caso de que lo hagan, Jared mismo hará que sus hijos paguen..alejarlos del caso nos conviene a todos..

- Señora,.- dijo el señor Tisdale levantándose. - Entiendo su situación, entiendo que usted no quiere que su hijo sea atrapado. Pero entienda una cosa...su hijo, es un ser peligroso y perseguido por la justicia, y si nuestros hijos quieren ayudar a que pague por sus delitos, entonces el riesgo que piensan correr bien lo vale.

Nancy recibió aquello como dos cachetadas sobre su pálido rostro. Respiró hondo y trató de relajar sus músculos faciales, que parecía totalmente desencajados.

Finalmente, asintió con la cabeza y sonrió.

- Veo que tratar de hablar con ustedes es imposible. Hice lo que estaba a mi alcance para advertirles. Lo que venga de ahora en adelante, será bajo su responsabilidad..- dijo Nancy mientras caminaba hacia la salida.

- Usted no vino para interceder por nosotros, sino por su hijo.- dijo Alexander levantándose de la mesa.

Nancy se detuvo y volteó su rostro solo un poco, lo suficiente como para que el viera su perfil.

- Y qué madre no lo haría?

Aquella frase reflejó fugazmente en su rostro un dolor agudo...el dolor que solo producía la angustia por la que estaba pasando.
 


Vanessa y Zac estaban justo internándose en el bosque cuando la castaña cayó de rodillas al suelo. Zac la agarró preocupado.
- que pasa Vanessa? estás bien?- dijo el rubio.

- sí,- dijo ella aturdida. - creo que solo es el cansancio...

Vanessa lo sabía muy bien, no había comido en mucho tiempo, ni tomado agua, y sí había recorrido a pie largos caminos. Su cuerpo empezaba a responderle insatisfactoriamente. Sin embargo no podía detenerse, no había tiempo para ello. Llegar hacia donde estaban los ángeles negros tomaría dos horas por lo menos, y les quedaba mucho menos que eso.

- si quieres mejor descansamos.- dijo Zac decididamente.

- no! no! no podemos!-- dijo Vanessa.

- lo que no podemos es dejar que te desmayes o te pase algo peor, no lo permitiré.- dijo Zac.

- y yo no permitiré que mueras!- dijo Vanessa convencida.

Zac se quedó en silencio.

- supongo que no podré convencerte no?- dijo el rubio.

- veo que empiezas a conocerme a fondo.- dijo la castaña mientras se levantaba y reanudaba la caminata.

Chad caminaba por el bosque de Nazagatte, muy lejano a tierras mágicas. Cargaba su sobretodo de aguilucho y unos guantes negros que lo protegían del frío. Caminaba sin pensar y sin fijarse en dónde iba, conocía el lugar como si fuera la palma de su mano. Lo había recorrido tantas veces que era casi imposible olvidarlo.

Aquella vez, como tantas otras, se encontraba allí por órdenes de Jared.

Un suspiro.

No pensaba en nada más que en Esther. La rubia no dejaba sus pensamientos ni un segundo, nunca los dejó. Desde años, siempre estuvo con él. El amor era un veneno poderoso capaz de infectar el alma y la fuerza misma. Cómo odiaba sentir lo que sentía, cómo detestaba tener que verla y percibir cómo su sangre corría a ritmos inesperados. Ya no lo aguantaba más, era tortuoso. Pero más lo tan solo imaginar una vida sin ella.

- por eso te detuve..- se dijo.

Entonces escuchó un aullido de lobo que se extendió por toda la zona alejando aves y todo tipo de animales.

- Llegué.
 
Ashley estaba acostada en su cama. Hacía horas que solo miraba al techo. Le gustaba aquello, pues le daba tiempo para pensar y poner su cabeza en orden. Era increíble cómo en los meses en que Vanessa había sido secuestrada todos habían cambiado tanto. Sí, ella había crecido, su forma de pensar había cambiado bruscamente. Los demás también habían cambiado, habían bajado a la realidad y habían decidido afrontarla. Ashley pensó que si había algo bueno de todo aquello seguramente era eso.

Sintió un olor extraño. Era muy parecido a algo quemándose, pero con canela y tierra. Se levantó y caminó hacia la sala. El olor se volvió aún más penetrante.

- qué sucede?- dijo.

Caminó hasta la puerta, pero entonces..

La puerta no se abría. Estaba cerrada, Ashley forcejeó con todas su fuerzas pero era imposible. Supo de inmediato que algo andaba muy mal.

Ashley corrió hacia las ventanas y trató de abrirlas, pero al intentar tocarlas un campo de fuerza se lo impidió. Miró através de ellas a los guardaespaldas...muertos en el jardín.

- no!- dijo Ashley aterrada retrocediendo. Empezó a toser y a ver todo borroso. Tenía que alejarse de la sala, de ahí provenía el olor más intenso. Corrió con todas sus fuerzas y se encerró en su cuarto. Se arrinconó en una esquina y se tapó la nariz con una franela, sus ojos lagrimeaban. Su piel se erizó, y cuando sintió cuchillas atravesando sus venas, supo de inmediato lo que era. Ella le había hecho autopsia a muchos muertos por aquel mortífero veneno.

Supo que era cuestión de minutos, cuando vio cómo por debajo de la puerta, un humo verde penetraba la habitación, sentenciándola a una muerte segura.
 

Vanessa esquivaba ramas de árboles mientras que sentía que sus piernas no iban a darle más fuerza para seguir cargando el resto de su cuerpo. Entonces sintió un hueco en el pecho, que le quitó la respiración por unos segundos.

- Vanessa estás bien!- repitió Zac al verla casi desfallecer.

- sí, es solo que... siento, siento como si algo horrible hubiera pasado..- dijo Vanessa.

- nada ha pasado, aún no he muerto, claro que si no podemos llegar en 30 minutos sí lo estaré.- dijo Zac.

- sí claro.- dijo Vanessa mientras seguía corriendo tomada de la mano firmemente de Zac.
No, no era por él. Ella podía sentirlo; algo malo estaba sucediendo, algo horrible, podía percibirlo.

serán mis amigos? no! por favor! mis amigos no! pensó consternada. Tenía ganas de llorar, llorar desconsoladamente. Lo sabía, algo había sucedido y ella no podía estar con ellos.

Entonces sucedió lo que no debió suceder nunca...


"Duerme, pequeñita, duerme"

La voz se extendió por su cabeza mientras Vanessa veía cómo todo le daba vuelta alrededor.

Una luz la cegó y apareció en una habitación fría.

no! donde estoy! pensó asustada. Entonces miró hacia la cama metálica que había en el desértico lugar. Ahí estaba acostada...ella...Galatea.

Vanessa sentía su respiración agitada. Su piel se erizaba y percibía el miedo y pánico apoderarse de todo su cuerpo. El último encuentro con Galatea, había sido violento, y no solo eso..sino que algo traumático. Aquella niña, era todo menos una niña. Podía tener la forma de una, pero no lo era: sus ojos inyectados de sangre eran perturbadores, y aquella expresión inhumana en su rostro la hacía una criatura espantosa. Vanessa estaba pegada contra la pared. Sus manos estaba aferradas a esta mientras sollozaba en silencio, temiendo despertarla.

Miró a su alrededor desesperada. El lugar era todo de metal, con las paredes almidonadas, como si fuera un cuarto de loco. Había en la pared derecha, un vidrio, y através de él se podían ver un laboratorio, donde muchos magos trabajaban observando cada movimiento y cambio de Galatea. Entonces la morena divisó la puerta. Corrió hacia ella y trató de abrirla con todas sus fuerzas, pero fue inútil, estaba diseñada para impedir que la niña escapara.

- maldita sea no! ábrete!.- golpeaba Vanessa descontroladamente la puerta, incluso pateándola.

- ...no vas a salir.- dijo una voz infantil, dulce y tierna. Sin embargo el tono era espeluzanante.

Vanessa tragó saliva sintiendo el corazón en su garganta, palpitando exageradamente. Se volteó lentamente, como sabiendo exactamente lo que estaba a punto de ver.

Se pegó firmemente contra la puerta mirando se frente a la niña de cabellos plateados y ojos rojos como sangre, sentada sobre la cama metálica, aún agarrada de su manta y un oso de peluche viejo y con un ojo colgando. Vanessa temblaba mientras que todo su cuerpo se tensaba como una roca. Su respiración era agitada y cortada. Galatea solo la miraba, en silencio.

- me tienes miedo...verdad?- dijo nuevamente aquella voz tierna e infantil. Sin embargo la boca de la niña no se abría, permanecía cerrada. Vanessa supo que era por medio de telepatía.
La castaña respiró profundamente tratando de calmarse. Sin embargo empezaba a sudar frío, y parecía que sus nervios estaban terriblemente alterados.

tranquilízate Vanessa por favor! no te ha hecho nada...mírala...no te golpea como la última vez..

Entonces Galatea esbozó en su rostro una sonrisa tiesa, mecánica, algo perturbadora.

- ..todos me tienen miedo..- dijo mientras acariciaba a su oso de peluche.

Vanessa se despegó de la pared. Aún temblaba pero estaba dispuesta a tratar de ocultar su temor. La miró fijamente mientras que aquellos ojos sangre se penetraban en ella.

- te tengo miedo porque la última vez que nos encontramos me agrediste..- dijo Vanessa con voz temblorosa.

Galatea viró la cabeza a un lago.

- ..eso es porque tú no me escuchas..no escuchas nada de lo que quiero decirte...

Vanessa tragó saliva.

- yo te escucharía si me hablaras, pero nuncas has tratado de hablarme, solo me agrediste..- dijo Vanessa.

- hablarte?..- dijo ella casi susurrando. - es lo que he tratado de hacer durante meses enteros...pero no escuchas...tu nunca me escuchas..
Vanessa la miraba. No podía creer que hablara, no era como todos creían y la habían descrito. Decían que no podía hablar, que era una máquina con forma humana, pero no lo era.

Cada vez que decía una frase, cada vez que le transmitía sus pensamientos, le demostraba que era todo menos una marioneta, un objeto...ella era un ser viviente.

tal vez ninguno de los científicos que la crearon saben que se trata de un ser humano, de una niña. Tal vez, no lo comprenden porque su apariencia es seria, como una estatua, y no puede hablar...piensan que solo es una máquina pero se equivocan..se equivocan tanto..

- me vas a escuchar ahora?...- dijo Galatea.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Chicas gracias por sus comentarios el lunes o el domingo empiezo a publicar de nuevo

lunes, 12 de noviembre de 2012

Vuelvo a publicar o no la novela?

Bueno chicas hace casi un año que no publicoo, Dios cuantoo tiempo, queria decirles que si quieren que vuela otra vez a publicar, dejenme un comentario las que quieran que vuelva otra vez, y publicare mas seguido.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Capitulo 50: Recargada

Chicas aqui un capitulo bastante largo, espero que lo disfruten,gracias por comentar y feliz año a todas.




Se detuvo para tomar el sobretodo negro que solo los Aguiluchos usaban y se lo puso.

Abrió la puerta y la cerró.

¿y ahora qué? pensó.

Vanessa se vio en un pasillo donde ratas caminaban por las esquinas y la luz amarillenta daba al lugar un aire espantoso de enfermedad y soledad. La castaña caminó bajando las escaleras hasta llegar a la portería. Allí, un anciano con una enorme barriga y varios tatuajes estaba sentado leyendo el Diario. Parecía un hombre hosco y hostil, así que Vanessa tan solo pasó de largo saliendo del edificio lo más rápidamente posible.

Caminó mirando el suelo. Libertad...por fin, durante meses, respiraba el aire libre que solo el sentirse fuera del encierro podía disfrutar. Siguió caminando rápidamente con la mirada clavada en el suelo, sin percatarse hacia donde iba. Solo después de una media hora miró hacia arriba para encontrarse en un callejón oscuro, ya había anochecido. Aquel lugar húmedo y frío le recordaba a algo..solo que no sabía a qué. Vio entonces una salida. Caminó y se asomó..lo que vio la hizo recordar de inmediato.

Sí, como periodista había estado allí mucho antes. La tiendas abarrotadas estaban juntas unas con otras, los magos y brujos, todos con esa horrible expresión en sus rostros, caminaban de una lado para el otro, sin importarles deambular a tales horas de la noche. Vanessa se cubrió más con el sobretodo, no quería que vieran su rostro, no en aquel callejón.

-Así que estoy en el callejón Knocturn

Vanessa oía las risas de estruendosas de los brujos oscuros mientras ella atravesaba el callejón. Ahora sabía que lo mejor que había hecho en su vida fue tomar la capa de aguilucho, con ella, pasaba completamente desapercibida en aquel lugar donde ver un aguilucho es lo más normal de mundo.

¿dónde era la salida? pensaba Vanessa, tratando de hacer memoria del lugar donde se podía llegar fácilmente al callejón Diagon. Pero era demasiado difícil recordarlo, menos con lo oscuro que estaba todo. Y encima, el miedo de ser descubierta la estaba volviendo loca.



Chad respiró hondo. Podía sentir el ardor del licor aún reciente en su garganta. Sus ojos le mostraban imágenes borrosas y nubladas. Se sentí y se los restregó. Tenía que despertarse y poner en orden sus pensamientos.

Vanessa.. fue lo primero que vino a su mente como una llama ardiente de fuego cruzando su espalda.

Miró a su alrededor, la morena no estaba.

No tuvo ni tiempo se preocuparse, pues la puerta sonó. Chad caminó como pudo hasta ésta y la abrió.

Solo sintió el golpe depositarse en su rostro y mandarlo contra los muebles de la sala.

Zac entró furioso y cerró la puerta, sacando y empuñando su varita hacia Chad.

- qué es lo que haces Efron?

- Vine por Vanessa! devuélvemela infeliz!- dijo Zac al borde de la histeria. Él iba a pagar, lo peor que pudo haber hecho fue tomar lo que era suyo.

- Estás loco Efron,- rió Chad. - ella no está aquí.

- Mentira! tengo testigos que te vieron salir con ella atada!- dijo Zac.

- Mienten.- dijo Chad.

- ah si?- dijo Zac mientras caminaba furioso hacia el cuarto de Chad.

Al entrar no pudo creer lo que veía. Su impresión fue tal como la de Vanessa. Aquel cuarto forrado de fotos de la morena mostraba claramente el estado maníaco de Chad.

Chad se asomó a la puerta riendo desquiciadamente.

- Ya no está aquí Efron...escapó.- dijo él. - la maldita perra se me fue de las manos porque está enamorada de ti! de ti! cuando podría tenerme a mí!

Zac bajó la varita. Ya ni siquiera quería lastimar a Chad.

- Estás demente Chad, lo digo muy en serio.- dijo Zac.

- No, yo estoy muy cuerdo...eres tú quien ha perdido la cabeza por una sangre sucia.

Zac guardó su varita. Miró a Chad inexpresivamente y salió de la habitación. No le quedaba mucho tiempo para encontrarla.


Miley cerraba su maletín y mientras miraba por última vez melancólicamente su oficina. Había trabajado tanto para aquel cargo, tantos sueños, tantas expectativas...pero ahora lo más importante para ella era encontrar a Vanessa con vida, y si tenía que sacrificar su trabajo y esfuerzo de años, pues lo haría.

hago lo correcto. pensó sonriendo tristemente.

Sintió que unos brazos rodeaban su cintura.

- Sabes? eres admirable.- dijo Corbin mientras besaba tiernamente el cuello de la chica.

Miley se estremeció.

- por qué lo dices?- dijo la rubia.

- por todo, porque a pesar de no ser tan amiga de Vanessa como lo somos Nick y yo, pues, fuiste capaz de abandonar todo esto que te has ganado.

- Lo importante es siempre apoyarse unos a los otros no? yo te apoyaré siempre Corbin, en las buenas y en las malas.

Corbin le sonrió y tomó el maletín pesado de Miley.

- llevas piedras?- dijo Corbin.

- algo así.- dijo Miley riendo.

Los dos salieron de la oficina. Los empleados del piso miraban curiosos como salían hacia el ascensor, para no regresar nunca más.

Los dos rieron ante las miradas, ya nada de aquello importaba, solo que los dos estaban juntos y pensaban luchar para encontrar a su amiga.

El ascensor no tardó en bajar. Miley le hacía cosquillas a Corbin cuando la puerta de éste se abrió. Sus risas se borraron de inmediato, cuando vieron justo enfrente a Ashley...besándose con Nick.

Miley miró a Corbin desesperada. El moreno tenía el rostro pensionado, serio, inexpresivo...pero sus ojos brillaban de rabia.



Zac caminaba y caminaba, trataba de averiguar qué camino había tomado Vanessa al escaparse de la casa de Chad.

debí haber imaginado que ya no estaría con él...ella es demasiado inteligente, debí saber que se iba a escapar pronto pensaba cuando entonces atravesó un portal y se vio en el callejón Knocturn.

- sí...por aquí tiene que estar, definitivamente.- dijo Zac.



Ni Ashley ni Nick pronunciaban palabra alguna. Miley quería decir algo, cualquier cosa que tranquilizara a Corbin de alguna forma, pero no sabía qué. Sus manos estaban aferradas al brazo de Corbin, temiendo de que reaccionara bruscamente de mala manera.

- Corbin, déjame explicarte..- dijo Nick, pero no pudo concluir su frase, pues Corbin ya había lanzado un golpe sobre su rostro.

- Corbin no!- gritó Miley sosteniéndolo.

- eres una bestia!- gritó Ashley levantando a Nick.

- de tantas hermanas que hay en el mundo tenías que fijarte en la mía Nick!- dijo Corbin gritando y poniéndose rojo de ira.

- es mí decisión! y yo amo a Nick, siempre lo he hecho!- dijo Ashley llorando.

- Los dos son unos traidores!- dijo Corbin. - No quiero saber nada de ustedes dos!

Con esto Corbin caminó fuera del ministerio ante las miradas de todos los empleados. Miley corrió detrás de él.




"Duerme, pequeñita, duerme"

- jajajajajaja-

Ella no paraba de reírse. Vanessa la mirada confundida.

- qué te produce tanta risa?- dijo Vanessa.

- bueno, tienes que admitir que nadie pensaría que esto iba a tomar estos caminos...osea, lo de que Corbin iba a golpear a Nick por Ashley me lo esperaba...pero lo de tu rapto por Chad? y encima tu escapada y encontrarte con esa anciana loca?y además Zac con una maldición de ...ahora 24 horas para encontrarte y llevarte donde esas criaturas que piensan sacarte sangre jajaja

Vanessa la mirada asustada.

-Y lo peor de todo, es que aún no has recibido el mensaje de Galatea...- Ella dejó de reír bruscamente ante esto. - el tiempo corre Vanessa...no nos queda ya mucho tiempo..tenemos que hacerlo rápido.


Vanessa asintió y cerró los ojos. Volvió en cuestión de segundos.


Vanessa seguía sentada pensando. La anciana seguía parada en el callejón con su reloj de arena casi terminando el tiempo indicado para resolver el problema.

- Lo tengo!- dijo Vanessa levantándose bruscamente.

- lo tienes? - dijo la anciana increíblemente sorprendida. Nunca nadie antes había resuelto aquel problema, mucho menos en tan poco tiempo.

- La respuesta es "nada"

La anciana se quedó en silencio.

- sé que estoy en lo cierto. Pues "nada" es mayor de Dios, "nada" es más malvado que el diablo, los pobres no tienen "nada", y los ricos no necesitan "nada"...y si no comes "nada" mueres.

La anciana cerró sus ojos mientras una sonrisa se forjó en su rostro. Vanessa volvió a temblar ante sus semblante.

- eres muy inteligente niña.- dijo la anciana. - a dónde quieres que te lleve?

Vanessa sonrió.

- puedo ir al callejón Diagon?

- Hmmm me temo que a ese lugar no puedo llevarte. Han cortado toda comunicación con el callejón Diagon, ya que como este es uno oscuro, y están todos en caza de aguiluchos y de esa niña Vanessa Hudgens...

- entonces puede llevarme a Hogsmeade?- dijo Vanessa suplicante.

- claro, es un honor llevar a Hogsmeade a una aguilucha tan inteligente.

Vanessa sonrió para sí, aquella capa le estaba siendo de demasiada utilidad.





Esther fumaba tirada sobre su cama. Miles de pensamientos cruzaban por su cabeza. Pensaba en por qué se sentía tan infeliz. En realidad, nunca había experimentado realmente lo que significaba la felicidad, solo una vez, en el instituto...con Jack.

- pero terminaste siendo la misma basura que son todos los hombres..- dijo Esther mientras introducía el cigarrillo nuevamente en su boca y dejaba el humo salir elegantemente de ésta.


Jack la había cambiado por un puesto como aguilucho, eso era lo que ella valía para él. Esther sonrió.

Tal vez su vida hubiera sido diferente si sus padres no la hubieran educado con tan poco respeto hacia ella misma. Su padre, siempre diciéndole que ella era superior a los demás, y que tenía que ser una aguilucha de mayor, pues ese era un cargo digno de llevar; aniquilar la raza impura. Por otro lado estaba su madre, quien le decía que por ser mujer tenía muchas ventajas, y que tenía que conseguirse un buen partido.

" Mientras más rápido te le metas en la cama al hijo de Efron, mucho mejor"

- malditos bastardos.- dijo Esther con los ojos llorosos y llenos de odio.

Jamás le habían enseñado ni siquiera a respetar su cuerpo, ni siquiera eso. Ella se había convertido en un objeto, eso era lo que ellos querían que ella fuera. Esther sonrió.

- que bueno que están bajo tierra.- se dijo.

Apagó el cigarrillo. Estaba harta de aquella vida tan vacía. Todo había salido mal, no existía en el mundo alguien que la quisiera de verdad..entonces para qué vivir? para qué vivir sabiendo que estás solo..que nadie daría la vida por ti. Esther caminó hacia el baño y miró la fina y brillante navaja que yacía en el lavabo.

- es esta mi única salida?- se dijo. Frías lágrimas corrieron por su rostro.

- entonces que así sea...



Vanessa caminó con la anciana hasta el final de el callejón oscuro. Una niebla se había apoderado del lugar extendiéndose increíblemente y produciendo perturbación en la morena perdida. La anciana la miró riendo nuevamente y mostrando el espectáculo de su rostro milenario.

- Ahora, un consejo mi niña.- dijo la anciana. - protégete la cabeza con las manos..

Vanessa lo hizo y cerró los ojos en espera de que la anciana cumpliera su deber. La vieja lanzó un polvo negro sobre Vanessa.

- Mistru grampier! Hogsmeade!

Un horrible viento absorbió a Vanessa por completo desvaneciéndola.



Esther tomó decididamente la navaja entre sus manos. Ya no tenía nada que perder, y sí mucho que ganar al morir...tendría paz por fin, acabaría con aquel infierno en el cual su vida se había convertido.

- acabemos con esto de una buena vez.- dijo mientras lágrima rodaban por sus mejillas.

- no!- dijo una voz masculina mientras le arrebataba la navaja de las manos.

Esther miró a Jack con los ojos llorosos. Cuánto lo odiaba, ni siquiera dejarla morir en paz podía hacer? cuál era el problema de todos! por qué no la dejaban sola!

- dámela!- gritó Esther mientras se lanzaba encima de él golpeándolo. Jack la agarró por las muñecas firmemente.

- tranquilízate Esther!- gritaba Jack zarandeándola.

- déjame en paz! por qué no me dejan morir? por qué!...- dijo Esther mientras su voz se iba apagando y se iba poco a poco derrumbando en un mar de lágrimas. Ya no decía nada, solo lloraba sin parar, sacando afuera todo el dolor que tenía guardado desde años atrás.


Jack la miraba, aún agarrándola de las muñecas. Sentía un dolor agudo en la garganta, como si tuviera algo que no lo dejaba respirar. Si Esther no hubiera dejado sin querer la puerta abierta, él no hubiera podido entrar, y estaría muerta..De solo pensarlo, sentía una angustia en su pecho. La había detenido ahora, pero él no iba a estar siempre...si lo había intentado una vez..lo intentaría otra seguramente.

Esther seguía llorando. Jack tenía sus ojos fijados en aquel rostro desconsolado, era una flor marchita, seca...y sin embargo, hermosa. Sentía un agujero dentro de sí de solo verla llorar. No podía evitarlo...ella era la única que lo hacía sentir...la única capaz de producir en él sentimientos puros.

Esther se sorprendió cuando Jack soltó sus muñecas y la tomó entre sus brazos. Se asombró mucho, pero no dudó en protegerse dentro de él. Jack la abrazaba, tratando de aliviar el dolor que ella sentía. Esther se aferraba a él, sabiendo que si había algo que podía sacarla de aquel agujero negro en el que estaba, eso era él.

- no lo vuelvas a hacer.- dijo Jack con una voz seca, sin mostrar sentimiento alguno.

Esther rió entre lágrimas.

- No valemos nada Jack.

Él la miró.

- Ya lo sé.


Zac caminaba normalmente, como si estuviera en su hogar dentro del callejón Knocturn. Lo había visitado tantas veces, lo conocía de pies y cabeza, no había lugar más familiar para él que aquel. Zac daba pasos y saludaba a conocidos magos y brujos oscuros, mientras les preguntaba discretamente si no habían visto a una mujer aguilucha. Ninguno parecía haberla visto.

Zac comenzó a preocuparse. Vanessa no sabía manejarse en aquel lugar, ella no era de allí y seguramente, si estaba aún deambulando con aquella niebla y frío, seguramente estaba asustada. Un vacío se le formó dentro de su pecho al castaño de pensar que Vanessa podía estar pasándola mal..asustada, sola.

maldita sea! pensó mientras entraba a un bar.

Aquella cantina era conocida por él desde sus once años. Muchos lo saludaron al entrar. Allí se llevaban a cabo muchas transacciones ilegales y negocios oscuros. La luz era tenue mientras casi todos los presentes estaban con una capa negra ocultando sus rostros, como si así pudieran evitar que otros descubrieran la verdad sobre sus oscuros pasados.

Zac se sentó enfrente de la tabla donde servían la cerveza y de más. El cantinero, un hombre robusto, con rastros de no haberse rasurado en días lo miró mientras que con un trapo limpiaba un vaso. Sonrió mostrando su diente de oro y dejando una cerveza fría sobre la mesa.

- Zac Efron! hace cuánto que no te veo por estos lados muchacho.- dijo él con una voz gruesa.

-Hace mucho realmente.- dijo Zac tomando la cerveza. - qué ha pasado por aquí? me he perdido de algo?

- No de mucho. Todos estamos felices, por el triunfo que han tenido todos ustedes sobre el mundo mágico últimamente. Quien-no-debe-ser-nombrado volverá pronto, y entonces dejaremos de vivir en las tinieblas, como lacras sociales..

Zac terminó la cerveza. Sin notar que una anciana se sentó a una silla de él.

- y qué te trae por aquí? - dijo el cantinero.

- busco una aguilucha..no la has visto? ocultaba su rostro.

- no, para nada.- dijo él.

- Yo si la vi..- dijo la voz de la anciana al otro lado.

Zac volteó y se chocó con aquel rostro terriblemente demacrado.

- quieres saberlo verdad chico? quieres saber sobre la aguilucha inteligente que logró resolver lo que nadie ha resuelto antes.-

- sí, usted la vio?-- dijo Zac caminando hacia ella algo dudoso. No confiaba mucho en la información de las ancianas del callejón, solían ser brujas tramposas.

- sí...y ella resolvió mi acertijo. Por eso la mandé donde me pidió que la enviara.

La sangre de Zac se congeló. Acaso Vanessa se había arrepentido y había decidido aprovechar que estaba libre para volver? entonces qué haría él..que si no la llevaba consigo en 20 horas moriría.

- dónde le pidió que la enviara?- dijo Zac algo enojado. Si Vanessa creía que podía escaparse, después de todo lo que él había hecho por ella, estaba equivocada.

- Hogsmeade.- dijo la anciana.

Zac sintió cómo la ira lo invadía. Sí, Hogsmeade, allí podía encontrar fácilmente un tren y volver la cuidad mágica sin problema alguno.

Maldita sea! que idiota que eres Efron! se dijo. Él pensando que ella podía estar asustada, perdida...y nada! la muy astuta se había manejado mejor que nadie!

- debía haberlo imaginado! debí saber que ella era demasiado astuta como para quedarse de brazos cruzados!

La anciana rió.

- Parece ser que mientras usted da dos pasos esa mujer da cien...le aconsejo que si quiere alcanzarla lo haga ahora, hace media hora que la envié allá.

Vanessa cayó de frente sobre la nieve. Se levantó escupiendo trozos de ella y sacudiéndosela del sobre todo y la cara. Miró a su alrededor. Estaba en una colina..abajo..estaba Hogsmeade.

Los ojos de la morena brillaron mientras una sonrisa se formaba en su rostro. Las luces del pequeño pueblo se empezaban a pagar ya que el sol empezaba a salir nuevamente mostrando un nuevo día. A penas podía creer que estaba libre..completamente libre. Entonces recordó a Zac.

Tengo que buscar la forma de regresar. pensó. pero..no pasará nada malo si me tomo un pequeño rato libre y paseo por aquí verdad?

La morena se mordió el labio inferior. No tenía nada de malo. Ella regresaría, pero antes quería disfrutar un poco más de esa libertad que tan fresca como la nieve había vuelto mágicamente a sus manos.

Bajó la colina saltando como si fuera una niña. Por fin sentía lo que era la libertad una vez más.




-Corbin, debes tranquilizarte quieres?- dijo Miley en tono suplicante.

- No puedo Miley, quiero, pero no puedo.- dijo el pelirrojo sentado en el gran sofá de la sala.

- Tu hermana ya es mayor, y Nick también lo es, ellos saben lo que hacen..

- Entiende Miley que es difícil para mí aceptar que mi mejor amigo y mi hermana estén juntos! es extraño! por qué no me lo dijeron!

- precisamente porque sabían cómo iba a ser tu reacción!- dijo Miley. - Mira Corbin, ahora tenemos muchos problemas como para encima, tener que pelearnos entre nosotros. Así que te recomiendo que te tragues tus celos estúpidos y hables con Nick y Ashley. Porque por si no se te ha olvidado, Vanessa aún está en manos de aguiluchos!

Corbin se mantuvo en silencio. Miley había dado en su único punto débil: Vanessa. Sí, por ella era capaz de tragarse su orgullo y arreglar las cosas con Nick si era necesario.


Vanessa paseaba ocultando muy bien su rostro bajo el sobretodo. Podía ver por todas partes su rostro y abajo de él "Ha visto usted a esta chica?" También podía ver los rostros de Zac y otros reconocidos aguiluchos con el título de "SE BUSCA". En cada esquina habían guardias del ministerio, sin duda alguna el mundo mágico se encontraba en crisis.

todo esto ha pasado mientras yo estaba encerrada... pensó la morena. Entonces no pudo evitar parar frente a una gran tienda de bromas.

"SORTILEGIOS TISDALE"

Vanessa sonrió ampliamente al ver las luces y enormes pancartas con los rostros de los gemelos que rodeaban la gran tienda de bromas. La morena no pudo evitar caminar hacia ella y asomarse por la ventana.

Sí, allí estaban. Alexis y Alexander, parecían discutir en el mostrador mientras muchas personas se paseaban por la tienda probando y mirando artefactos. Vanessa puso la mano sobre la perrilla de la puerta.

vamos..solo vas a entrar..ellos no te verán..

No pudo evitar que su curiosidad la venciera. Vanessa entró y las campanitas de la puerta chocaron unas contra otras. Nadie pareció percatarse de su existencia. Ella caminó disimuladamente hasta colocarse tras unos metros de los gemelos.

- No puedo creer que mamá los apoye.- dijo Alexis.

- Yo tampoco, lo que piensan hacer es una locura. Qué les hace pensar que ellos podrán encontrar solos a Vanessa, cuando ni siquiera la orden de merlín ha podido.- dijo Alexander.


Vanessa sintió seca la garganta.

- Corbin, Nick, Ashley y Miley se han vuelto locos. Sé muy bien que la extrañan, todos la extrañamos..pero dejar sus empleos y ponerse en contra del ministerio y la orden de merlín! papá ha tenido que aguantar las miradas de sus compañeros de trabajo por ello!- dijo Alexis

- Mira, por una parte los entiendo. El ministerio no se está ocupando bien del caso..y ya van más siete meses desde la desaparición de Vanessa...quien sabe siquiera si ella sigue con vida.

sigo con vida! pensó Vanessa. Ahora más que nunca podía sentir cuánto extrañaba a sus amigos. Su felicidad nunca sería completa lejos de ellos, y sin embargo...tampoco lo sería lejos de Zac.

- No digas eso!- dijo Alexander. - ella sigue con vida, lo sé.

Vanessa se mordió el labio inferior y caminó hacia la puerta, entonces sintió que alguien la cogía en brazo y la obligaba a retroceder.

Alzó la mirada y vio a Alexander y Alexis rodeándola.

- te podemos ayudar en algo?


Zac se colocó bien su sobretodo, asegurándose que éste no dejara ver ni un solo milímetro de su rostro y caminó adentrándose en Hogsmeade. Todos caminaban felices, con sus compras en manos y seguros, ya que habían guardias en cada esquina resguardando el lugar. Los posters con la cara de Hermione y la suya rodeaban el lugar. Todos se sentían seguros, todos menos Zac, que temía que en cualquier momento lo descubrieran y lo llevaran a Azkaban.

- maldita sea dónde estás Vanessa? se preguntaba mientras caminaba y sus botas negras se hundían en la nieve. se habrá ido ya? tal vez ya encontró los trenes y volvió a la ciudad

Zac sentía que la rabia lo embargaba. No, no podía ser. Él la tenía que encontrar ya! solo le quedaban quince horas para regresar con ella al bosque de las Sombras de Ángeles.

Vanessa sintió como su sangre se congelaba y a la vez cómo su corazón empezaba a latir furiosamente. Qué estupidez había sido entrar en aquella tienda. Cómo había podido arriesgarse de aquella forma a ser descubierta?

- te comieron la lengua o que?- dijo Alexis.

- déjala..tal vez de verdad sea muda.- dijo Alexander con una sonrisa burlona en su rostro.

Vanessa seguía sin hablar. No podía decir nada, ellos reconocerían su voz de inmediato.

- oye...Alexander...esta mujer tiene una túnica de aguilucha..- dijo Alexander

ahora sí estoy muerta.. pensó Vanessa aterrorizada. Los rostros de los gemelos habían cambiado bruscamente y la miraban acusadoramente.

- Es verdad Alexis.- dijo Alexander. - agárrala, voy a llamar a un guardia..ninguna aguilucha entra en mi tienda.-

Alexander dio un paso para salir, y entonces Vanessa dio un fuerte patada a Alexis y lo esquivó, corriendo fuera de la tienda lo más rápido que podía.

A lo lejos, Zac pudo verla huir con rapidez, lejos de los hermanos Tisdale.

Vanessa corría lo más rápido que podía mientras sus pies se iban hundiendo en la nieve.

maldita sea por qué tiene que nevar? pensó mientras subía una colina.

Se detuvo a tomar aire y al mirar hacia atrás vio que nadie la seguía. Supo que había perdido por fin a los gemelos. Aquello que había hecho fue demasiado riesgoso, tenía que aprender a controlar sus impulsos y deseos de volver a ver a sus amigos, aquello en esas circunstancias era imposible. Sin embargo, estar en la tienda y ver a los gemelos había despertado en ella una melancolía profunda y dolorosa. Supo, en ese preciso instante, que nunca sería feliz completamente.

La morena suspiró. Miró hacia el frente y entonces se encontró con la casa de los gritos. Aquel lugar que le recordaba mucho sus paseos a Hogsmeade con Nick y Corbin. Caminó hacia ella, sintiendo cómo los pequeños copos de nieve caían sobre su morena cabellera que ahora estaba al aire, ya que se había quitado la capucha para poder sentir la nieve fresca sobre su rostro. La tranquilidad plena que sintió en esos momentos no le duró mucho, pues sintió un frío específico...y no era por la nieve...

- dementores.

El escalofrío recorrió su espina dorsal subiendo por toda su espalda mientras se pegaba a la pared de la mansión de los gritos. Diez o más dementores la rodeaban. Eran más que suficientes para derrotarla por completo, apenas podía usar su patronus con uno solo..cómo iba a poder enfrentarse a diez?

no puedo.. pensó con desesperación mientras iba sintiendo cómo los horribles recuerdos invadían su mente.

Flashback

- Mama! Papa!- gritaba Vanessa mientras miraba los cuerpos inertes de sus padres sobre el suelo.

End of flash back

Vanessa se sostuvo la cabeza con ambas manos mientras trataba con todas sus fuerzas de borrar aquella imagen espantosa de su cabeza. Ni aunque tuviera una varita lograría escapar.

es mi fin? se preguntó con lágrimas en los ojos.

-Expecto Patronus!

Una luz brillante la cegó completamente. El frío desapareció mientras sintió cómo su respiración se normalizaba. Abrió lentamente los ojos, y entonces vio frente a ella a un castaño alto, de ojos azules vestido completamente de negro, con su sobretodo de aguilucho .

- Zac!- dijo ella mientras una sonrisa se formaba en su rostro. Sí, él la había salvado. Estaba nuevamente con él!

Pero entonces sintió cómo la fría mirada del chico, completamente inexpresiva, seguía clavada como puñales en ella mientras guardaba su varita empuñada por sus manos que se encontraban en aquellos momentos con guantes negros de cuero.

- pasa algo?- dijo Vanessa sabiendo con certeza que sí pasaba algo. Tragó saliva mientras seguía mirándolo.

Él permanecía inmóvil a unos metros de ella, la seguía mirando fríamente, con cierta rabia reflejada. Parecía furioso.

Vanessa esperaba una respuesta sumamente nerviosa. Había dejado de sonreír ya hace mucho tiempo. Aquella mirada aún más que intimidarla le producía cierto temor.

Zac bajó la mirada unos segundos y luego la levantó para mostrar una sonrisa sarcástica en su rostro.

- sabes Vanessa?.- dijo mientras daba unos pasos hacia ella. - si quieres irte y dejar de estar secuestrada puedes hacerlo. No te lo impediré.

Vanessa permanecía estática con una expresión de confundida en su rostro.

- irme? Zac...yo no me quise ir, Chad entró y me obligó y yo..

- y también te obligó a venir a Hogsmeade?- dijo Zac con tono cortante.

Vanessa se quedó en silencio. Era verdad..por qué había elegido ir a Hogsmeade? ella muy bien lo sabía..su inconsciente le había pedido ir hacia allá, recordar cómo era estar en los lugares que solía frecuentar.

- No, no me obligó.- dijo Vanessa bajando la mirada.

- ya veo...entonces viniste por tu propia cuenta no es verdad?

Vanessa seguía callada mientras miraba al suelo. Su respiración empezaba a agitarse mientras sus manos se cerraban en forma de puños tratando de soportar los reclamos del chico.

- lo hiciste por ti sí o no!- dijo Zac alzando la voz fuertemente mientras la acorralaba contra la pared.

- sí!- gritó Vanessa levantando nuevamente la mirada. - sí! lo hice por mí! eso era lo que querías escuchar!

Hubo un silencio en el cual ninguno dijo nada. Vanessa miraba fijamente los ojos azules e impenetrables de Zac, había explotado de una mala manera. Los nervios empezaban ya a invadirla cuando entonces, Zac dio dos pasos atrás, alejándose de ella.

- ándate entonces.- dijo lleno de rencor mientras caminaba lejos de ella.

- no!- dijo Vanessa corriendo tras de él hasta ponerse nuevamente enfrente del chico. - no quiero dejarte!

Zac la miraba tratando de comprenderla, su rostro seguía imperturbable, lleno de rabia.

- entonces para qué viniste acá eh? a que te descubrieran! no me engañes más! te dije ya una vez que si querías irte yo mismo te liberaba! pero hacer todo este teatro para escapar es lo último que merezco!

- no lo hice para escapar!- dijo Vanessa alterada. - lo hice porque quería disfrutar solo unos instantes lo que era estar en Hogsmeade nuevamente..ver a la gente pasar, ver los lugares que usualmente frecuentaba..

Zac la miraba fijamente.

- Como por ejemplo la tienda de los Tisdale?- dijo Zac tajantemente.

Vanessa lo miró molesta.

- no puedes enojarte conmigo por querer disfrutar tan solo unos momentos nuevamente de lo que es ser libre!

- si estás tan sacrificada a mi lado entonces vete! lo que menos quiero es tener a alguien a mi lado a la fuerza!- dijo Zac.

- Yo te amo.- dijo Vanessa. Aquellas tres palabras decían más que cualquiera. - no estoy junto a ti a la fuerza...es solo que..es tan difícil…

Zac miró a Vanessa mientras unas lágrimas corrían por su infantil rostro. Aquella dureza que lo caracterizaba empezaba a ceder.

- por favor, llévame contigo.- dijo Vanessa.

- por qué siempre haces lo mismo?- dijo Zac.

- qué cosa.- dijo Vanessa.

- convencerme! siempre hechas unas cuantas lagrimitas y asunto arreglado! qué crees que no me he matado buscándote? pensando que estabas mal, sola, perdida..y resulta que no! lo mejor que se te pudo ocurrir fue venir a Hogsmeade! el lugar donde hay probablemente más guardias y gente que te podría reconocer en el mundo mágico!

- lo siento!- dijo Vanessa.- por favor entiéndeme..

Zac suspiró.

- no sé ni siquiera por qué pides perdón, siempre terminas ganando.

Una sonrisa ser deslumbró en el rostro de Vanessa. Antes de que Zac pudiera hacer nada, la morena ya lo había abrazado con todas sus fuerzas, disfrutando de estar nuevamente junto a él. El castaño la rodeó con sus fuertes brazos, protegiéndola y sintiendo nuevamente que el aire entraba correctamente por sus pulmones. Todo aquel tiempo sin ella, había sido como si no hubiera podido respirar.

- mejor entremos..hace frío.- dijo Vanessa con una sonrisa en su rostro juguetón.

- entrar?- dijo Zac mirando la casa de los gritos. - para qué?

Vanessa sonrió.

- no te lo imaginas?